Situado en la calle Espíritu Santo 18, este pequeño y acogedor rinconcito de Malasaña se ha convertido en uno de mis lugares preferidos de Madrid.
La decoración evoca un ambiente parisino al más puro estilo vintage, con un extremo cuidado del detalle. Desde el banquito de la entrada hasta las estanterías decoradas con productos franceses y dulces varios, es como estar en una casa parisina de muñecas. A mí me encanta porque combina la elegancia de los cafés franceses con el aire único y alternativo que sólo un lugar como Malasaña puede ofrecer.
Con tan sólo unas pocas mesas, es el lugar perfecto para un brunch en una mañana de relax. De hecho, yo aprovecho cada ocasión que tengo para llevar a algún amigo/a y que lo conozca, pues cualquier excusa es buena para un desayuno, una merienda o una cena en La Rue. Abren a las 11:30, por lo que no es un lugar hecho para los madrugadores. Durante la tarde suele estar casi siempre lleno, así que yo recomiendo ir a primera hora, que en mi opinión, es el mejor momento del día.
No se puede dejar pasar la oportunidad de disfrutar de sus maravillosos crêpes dulces y salados, o de sus tartas caseras. Mi favorita: la carrot cake 😉 Además, también tiene una gran variedad de tés, batidos naturales y un café servido en una taza que me recuerda a la que todos hemos tenido de pequeños.
Y si, como es lógico, te quedas con ganas de llevártelo a casa, también puedes, porque tienes la opción de comprar por encargo o directamente en la crêperie. No puedes evitar la sensación de estar disfrutando de un pedacito de Francia en el centro de Madrid. Personalmente, os lo recomiendo, porque son estos lugares escondidos aquellos que tienen un encanto especial y que sin duda forma parte de mi pequeño paraíso.
Tiene buena pinta, me lo apunto para llevar a mi pareja.
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Genial! pues ya me escribirás qué te parece cuando lo pruebes, estaré encantada de saber tu opinión 😉
Un saludo Adrián!!
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