MICOTA Madrid

Quedan 16 días para el verano, y ¿qué es lo que más apetece en esta época donde empiezan a sobrar los jerséis? Cómo no, las terrazas.
Este post está dedicado a un sitio que he descubierto hace poco. Se llama MICOTA, y es una terracita en pleno barrio de Salamanca (c/Castelló 18) que se caracteriza por ese encanto que cualquier restaurante mediterráneo debe tener.

Además, en un restaurante hoy en día se aprecia mucho el horario ininterrumpido  y la cocina abierta (sólo de lunes a jueves) durante estas épocas de buen tiempo, y no únicamente en horarios de desayunar, comer o cenar. En mi opinión, es un punto a favor el poder disfrutar de una terraza entre horas, donde lo único que apetece es pasar el rato y no preocuparte de nada más que de no tener tiempo suficiente para ponerte al día con tu mejor amiga 😉
Además es un sitio ideal para sentarse tranquilamente a tomar un café a media tarde o después del trabajo.

Está en una callecita alejada del bullicio de la zona de compras, lo que te permite estar de relax y disfrutando de la tranquilidad del Barrio de Salamanca (sí, también la tiene).

Pero no es la comida de lo que voy a hablar en este post, sino de las meriendas. En esta ocasión, nos pedimos uno de sus famosos postres: la fondue de chocolate Toblerone con fruta.

La presentación es buena, y la fruta estaba fresquita. Todo era muy natural. Además, estuvo muy bien el detalle de poner también trocitos de bizcocho para las que, como yo, somos extremadamente golosas.
No obstante, la fondue no fue tampoco tan espectacular como me imaginaba. Estaba muy buena, eso sí, pero mi paladar experto chocolatero dudaba que ese chocolate fuera realmente Toblerone. Me pareció más bien chocolate caliente normal, y si no fuera tan apasionada del dulce, me hubiera esperado algo más.

El personal es muy amable, los camareros muy simpáticos y atentos en todo momento siempre con una sonrisa. En cuanto al precio, son 6€ por persona, ya que te adaptan el tamaño de la fondue dependiendo del número de gente que la vaya a tomar (como las paellas). Junto con un café y un refresco, el precio total fueron 15,75€ en terraza. No está mal para una merienda en condiciones. Yo, al menos, no me quedé con hambre.

Ahora sólo falta volver a comer para probar su famosa carne a la brasa y sus platos típicos gallegos.